Final Alternativo "Noches de Baile en el Infierno" por Vivian!

Les tenemos el final alternativo de la historia de Stephenie Meyer del Libro "Noches de Baile en el Infierno", escrito por Vivian Rojas, ganadora del concurso realizado el dia del lanzamiento del libro.

“Vistas las cosas con todo el dolor y el perjuicio que Sheba era capaz de provocar, ¿sería posible que aquel chico angelical la mandase al infierno?”

FIN

Sí, sí era posible. Sheba recordaba todas las rutas que conducían al infierno, una de ellas, era la terrible belleza del amor: la causa principal del sufrimiento humano, capaz de ahogar a cualquiera en la profunda oscuridad de la desdicha. Ella sabía muy bien que aquella felicidad que la consumía poco a poco, era amor.
-¿Qué te parece si caminamos un poco? La noche está bellísima.
-¿Segura de que te sientes bien? – le preguntó Gabe.
- Mejor que nunca, gracias…gracias a ti.
Sheba se sentía incapacitada de hacer otra cosa que no fuera mirar ese par de ojos color cielo, tan puros, y tan poderosos. A su vez, Gabe sentía exactamente lo mismo por los de ella, tan oscuros y suplicantes de amor. Sin pensarlo dos veces, la atrajo hacia sí y la besó. Hasta ese instante, ninguno de los dos había experimentado lo que era el amor verdadero: un inmortal e infinito gozo, un fuego abrasador, algo imposible de explicar con palabras. Justo en ese mágico instante, Gabe se percató de aquella sensación que conocía tan bien…Era un llamado aún más desesperado que el de Sheba, alguien tenía miedo de morir.
-Gabe, ¿pasa algo?
-Sólo espérame aquí, ya vuelvo, espérame y… ¡No me sigas!
La besó nuevamente y corrió por en medio de la calle. Sheba lo contemplaba, sintiendo un escalofrío, algo totalmente nuevo para ella… era temor de que algo sucediera y comenzó a seguirlo. Sabía que Gabe no era un ángel, sin embargo, él tenía una misión: ayudar a quien lo necesitara.
Gabe paró justo cuando escuchó el claxon de un auto, éste, chocó contra él y lo tumbó a metros de donde estaba. El pánico la paralizó…Todo había ocurrido en segundos. Su salvador, su ángel personal, yacía en la calle, inmóvil, ensangrentado…Aún así, agarró fuerzas de algún remoto rincón de su ser, y corrió a él…
-Gabe, no te des por vencido, lucha, Gabe… por favor, lucha…
-Vuelve a tu casa….te deben estar esperando…vuelve a tu hogar por favor…hazlo por mi…
-No, Gabe, no te abandonaré.
-Soy yo el que te abandonará…recuerda que te…te…a…
Suspiró … Sheba se derrumbó sobre él, envuelta en el más desesperado y desgarrador de los llantos. Su ángel había muerto. ¿Cómo era posible que el mayor júbilo que había experimentado en sus largos ciento ochenta y seis años, le fuera arrebatado en segundos, todo gracias a un conductor ebrio y poco experimentado?
Lamentó saber la respuesta y cerró los ojos, aún abrazaba a su amor, cuando el repugnante olor a azufre contaminó el ambiente…Sus pestañas empapadas en lágrimas, no la dejaban ver bien, pero pudo distinguir una oscura niebla a su alrededor…y cuando reconoció aquellos pulidos cuernos de ónice, recordó que Gabe le había “ordenado”, que volviera a su hogar, ignorando completamente a dónde había pertenecido antiguamente su bien amada.
-Te lo dije Sheeb: deja que sean los Señores Diabólicos los que se encarguen de los ángeles.
Jezebel la miraba con la más maquiavélica de las sonrisas.